Capítulo 14: El Crucible y el pacto de sangre
Agnes
El búnker, antes una prisión de sombras y recuerdos, ahora era un lienzo en blanco para sus nuevos miedos. Agnes había pasado los días siguientes a la partida de Amón sumida en una vorágine de emociones. La ira por haber sido dejada sin una palabra de despedida se mezclaba con la punzada de abandono que le era tan familiar, un eco de su niñez. Pero más allá de eso, se aferraba a la nueva sensación de su voz, un tesoro recién descubierto que aún sonaba extraña en sus propios oídos. Pronunciaba palabras al azar, susurraba al aire, maravillada por el simple acto de emitir sonido. Y el poder. La fuerza que había emanado de ella, aterradora y eufórica a la vez, era un misterio que ardía en sus venas, una promesa de algo más grande.
—"Quiero empezar el entrenamiento hoy" —escribió en su pizarra, entregándosela a Dimitri una mañana, sus ojos negros fijos en los suyos, sin titubeos.
Dimitri la observó, una mezcla de admiración y preocupación