Capítulo 4
Amón
Los días que mi alma ha sufrido quedarán en el pasado. Hoy seré yo quien borre los malos recuerdos que ha tenido.
—Y que han sido tu culpa —me recordó mi lobo.
Tiene razón. Soy el único culpable de lo que a ella le pasó. Yo... y mi odio a todo y a todos.
Pero nadie debería juzgarme. Los años que viví sin mi alma me volvieron una bestia. Me alejé de todos y eso me llevó a cometer muchos errores. Mi vida no puede estar más complicada.Los errores me persiguen y arremeten contra mi felicidad, una que solo con ella podré alcanzar. Pero el precio aún no ha llegado… y temo que me cueste más de lo que estoy dispuesto a dar.
Flashback
Mi alma está rota por dentro y todo es mi culpa. Pero yo la ayudaré a olvidar todo lo vivido, ofreciéndole un nuevo comienzo.
Me dirijo a la habitación donde ella está. Puedo sentir su aroma, uno que me vuelve loco… a mí y a mi lobo. Con un suspiro, abro la puerta y la veo sentada, con la vista en el balcón donde el sol se oculta.
No se ha dado cuenta de que he entrado, está absorta en la vista, y no puedo estar más fascinado. La luz del atardecer ilumina su rostro, uno que ahora parece en paz… sin dolor ni angustia.Me acerco sin hacer ruido para no asustarla, pero a unos pasos de ella, su respiración se vuelve irregular. Se levanta de la cama y queda delante de mí, temblando y con la cabeza gacha.
Después del paseo por el castillo, supe que no quería estar rodeada de personas. Si nos acercábamos a los guardias, temblaba y se escondía detrás de mí. Sé que todavía me teme, pero el lazo que nos une está haciendo su trabajo: le dice que conmigo estará a salvo.
—¿Te gustó el recorrido, preciosa? —pregunté ya en la habitación.
Ella solo asintió, manteniendo la distancia. Suspiré resignado. No podía pedirle que confiara en mí tan rápido. Tendría que esforzarme más.
Traté de acortar la distancia sin que se sintiera amenazada. Al ver que no se incomodaba, tomé una de sus manos y saqué un collar de mi bolsa. Era en forma de media luna, con una piedra en el centro que se ilumina cuando es necesario.
Sabía que ese regalo le daría valor. Su creadora fue una de las mujeres más fuertes que conocí, y su coraje está impregnado en esa piedra.
Ella miró el collar con el ceño ligeramente fruncido. Luego me miró a mí y volvió al collar, como si no supiera qué hacer. Sonreí al verla confundida.—¿Quieres que te lo ponga, preciosa? —pregunté.
Ella dudó unos segundos, pero al final asintió.
—Siempre que tengas miedo a la oscuridad, este brillará para que no tengas más miedo —dije mientras me acercaba.
El poco espacio entre nosotros desapareció. Me puse a sus espaldas y le coloqué el collar con ternura. Al terminar, me alejé para que se sintiera segura.
Cuando me miró, me dedicó una sonrisa. Una hermosa sonrisa.
Sonreí instintivamente. Era la primera vez que lo hacía y fue lo mejor del mundo.
Me perdí en su mirada, en esos ojos negros como la noche… pero un bostezo llamó mi atención. Debía estar cansada. Yo le daría su descanso.—Bueno, preciosa, es hora de dormir —le dije, y observé cómo se acostaba, cerrando sus ojos.
—Descansa, hermosa. Yo velaré tu sueño.
Una hora después, me fui a mi despacho. No iría a mi habitación… no si ahí está Britania. No quería que arruinara mi noche.
Cuando llegué, no podía sacar de mi mente la sonrisa que ella me regaló. La atesoraré por siempre.
Suspiré. El camino para enamorar a mi alma apenas comienza. Solo espero que los secretos no salgan a la luz.
No sé qué haré cuando le diga que tengo un hijo en camino. Sé que todo se puede ir al carajo. Pero si no le digo… también será un error.No quiero pensar en eso ahora. Solo quiero organizar la siguiente sorpresa para mi alma. Una que sé que le encantará.
Hay tantas cosas que quiero saber de ella, pero más que nada, deseo escuchar su voz algún día.Fin del flashback
Suspiro, pensando en esa próxima sorpresa. Una que ningún Alpha de mi linaje ha ofrecido en años.
Estaba tan inmerso en el trabajo que no noté que mi segundo al mando estaba en la habitación.—¿Ahora también eres un acosador, Dimitri? —pregunté sin levantar la vista.
—Eso sería alimentar tu ego, y no creo que sea buena idea.
—Bueno… ¿qué te trae por aquí?
—Me enteré que Britania causó conflictos en una de las tiendas de ropa de la plaza —dijo, dejándome unos papeles en el escritorio.
Al revisarlos, vi que eran facturas por daños. Suspiré frustrado. ¿Cómo diablos terminé con esa mujer?
—Es que lo estúpido nadie te lo quita. Te metiste solito con esa arpía —se burló mi lobo.
—Gracias —respondí con sarcasmo, y corté la conexión con él. Desde que mi alma está aquí, ha estado más tranquilo de lo normal… cosa que incluso a mí me sorprende.
—Cuidado, humano estúpido, que puedo hacer que te arda el trasero y no será bonito —contestó.
—No tienes el valor, lobo inútil.
—¿Inútil yo? Recuerda que la última vez terminaste embarrado de m****a hasta el cuello —rió.
Estaba por responder cuando un carraspeo me interrumpió.
—¿Y? ¿Qué harás con esa mujer loca?
Observé a Dimitri. No solo era mi mano derecha, era mi hermano. Podía confiar en él… pero no sabía si sería buena idea. Podía ponerse dramático.
—Oye, sé que soy guapo, pero una foto te duraría más —bromeó. Pero cuando vio que mi rostro seguía serio, dejó de reír.
—Sabes que puedes confiar en mí, hermano. ¿Qué pasa?
—Encontré a mi mate —dije sin rodeos.
Se quedó en silencio, boquiabierto… y luego se largó a reír como loco.
—¡Qué buena broma, Amón! Sabía que tu sentido del humor aún vivía…
Mi gruñido lo calló.
—No es una broma. Está en el ala oeste del casti...
No terminé de hablar. Salió corriendo.
—Mierda...Corrí detrás de él, rezando que no hiciera una estupidez. Me costó encontrarlo, el muy idiota me hizo recorrer toda la casa.
Y cuando llegué a la habitación… no esperaba lo que vi.
Mi alma estaba cómoda con él. Interactuaban. Él hablaba, y ella respondía con la pantalla que le proporcioné para comunicarse mejor.Pasé una hora y media observándolos. Hablaban tranquilamente… y lo que más me impactó fue verla reír con Dimitri. No le temía. Reía.
Sin duda… aquí hay historia entre estos dos.