Capitulo XLVII: Directo al corazón.
Los médicos estuvieron alrededor de una hora y media realizándole exámenes a Dominick, estudiando hasta el mínimo detalle para asegurarse de que el joven estuviera bien, al terminar finalmente sus familiares pidieron ingresar a verlo.
— Tenía que venir Mónic para que despertarás, eh — bromeó Luis Alberto con una gran sonrisa, estaba de pie cruzado de brazos observando a su amigo, quién estaba semi sentado en su cama de hospital; las enfermeras lo había ayudado a acomodarse porque estaba cansado de estaré acostado.
— Yo no domino a mi subconsciente — aseguro él, clavando su mirada en la muchacha que ataba sentada junto a él, quién tenía un tazón de sopa entre sus manos, enfriando la para darle al muchacho.
— La magia del amor — aseguro Luis Alberto a modo de burla, Mónic acercando la cuchara llena de sopa hasta la boca de Dominick, quien apretó los labios con fuerza.
— Vamos, Dominick... tienes que comer — hablo la chica, fingiendo molestia; mirando sería al hombre que ahora se ponía de