La trajeron a una clínica privada y la atendieron con urgencia.
—¿Cómo se encuentra Aomi?
—Ella está estable, la estarán vigilando por unos días. Se pondrá bien.
—¿Cómo pudo pasar esto? — no podía contener mis lágrimas.
—Fue por mi culpa que Aomi está así.
—¿Por qué piensas eso?
—Los que mataron a mi padre están detrás de mí, no es la primera vez que intentan atentar contra mi vida. Las vieron a ustedes conmigo, por lo que será mejor que se queden en mi casa. Me preocupa que reconozcan tu rostro y te hagan algo— lucía genuinamente preocupado.
—Yo no puedo hacer eso. Yo tengo que volver a mi casa, pero será mejor que cuides de Aomi. Ella es quien necesita tu ayuda ahora.
—Si me hubiera alejado desde un principio como trat&eac