—Umm…
María cerró lentamente los ojos, permitiendo que sus labios fueran fuertemente sellados por la dominante presencia de Manuel.
El distintivo aliento fresco del hombre, poderoso y dominante, la envolvía, embriagándola hasta el punto de que no quería abrir los ojos...
Manuel abrió los ojos y se enfocó en el rostro delicadamente encantador de María, sin poder evitar tragar saliva, los labios finos se separaron de los de ella, y la mirada repentinamente se volvió profunda y peligrosa.
Dada su posición y estatus, las mujeres que se arrojaban hacia él eran innumerables, y después de ver tantas, su gusto estético naturalmente se elevaba.
La figura de María tenía la proporción perfecta, no inferior a la de las mejores modelos.
La mirada de Manuel, sin poder evitarlo, se pegó al rostro encantador y jugoso de ella, sin poder apartarse.
—¡No!
María fue acariciada por él hasta que su rostro se sonrojó y su corazón latió con fuerza, abrió los ojos discretamente y se encontró con una mirada osc