Capítulo 23. Mi primera amiga
Capítulo 23. Mi primera amiga
De verdad que debo tener un problema, y grave, en mi mente. Ahora que puedo salir siento que me asfixio en el exterior.
Estoy preocupada por mamá, ¿cómo no me di cuenta de que todo iba demasiado deprisa? Por otra parte, aunque lo hubiera hecho tampoco podría haberle dicho nada. ¿Cómo hacerlo si la mayoría del tiempo aquí también lo he pasado encerrada?
Paso al interior de la casa después de pasear un rato por los alrededores; no lo he hecho sola, ya que dos guardias me vigilaban de cerca, pero es como si lo hubiera hecho porque guardan más distancias y no me hablan.
No puedo evitar sentirme sola. Nunca he tenido una amiga y la verdad es que creo que me gustaría tenerla. Pero, ¿cómo voy a hacer amigas si estoy bajo vigilancia las veinticuatro horas del día? Además de que no sabría cómo hacerlo.
Pasado el resto del día sola y aburrida, no tengo nada que hacer y la señora de la inspección, que ahora sé que se llama Úrsula, no deja de mirarme mal cada