Capítulo 14. Rendición.
Capítulo 14. Rendición.
No dormir se había vuelto parte de mi rutina desde que llegué aquí, antes temía que Elian o los guardias pasaran en medio de la noche para hacerme cualquier cosa. Si ese miedo casi había desaparecido, ahora tenía a Lucien en mi vida. Cada vez que cerraba los ojos lo podía ver amenazándome, acorralándome contra la pared o apretando fuertemente mis muñecas. Y si eso no era ya suficiente, también recordaba una y otra vez sus palabras:
esta es la última vez que me desobedeces.
No sé cuántas vueltas había dado en la cama y menos las veces que me había levantado. Había aprendido a controlar las lágrimas, al menos la mayoría del tiempo, pero aquí sola en esta habitación ya nada me impedía llorar.
No entendía qué había hecho tan mal para merecer ese trato. Vale que lo había rechazado dos veces, ¿pero para qué narices tenía un harén? Ellas eran diosas y en cambio yo, que era una simple Omega, dañada y llena de cicatrices no solo por dentro sino también por fuera.