***NARRA CAMILO***
Ciudad de México
En cuanto Nicolás salió de la habitación, me puse a soltar a Grace, eso era imposible y se me empezaron a salir las lágrimas. Grace con cada esfuerzo que yo hacía se quejaba del dolor, pero no le podía soltar la mordaza, era peligroso, pues a Nicolás le disgustaría que llorara. Escuché como se abría la puerta y todo sucedió tan rápido, Lu me llamó y Nicolás me volvió a apuntar con la pistola.
Lu seguía tratando de soltar a Grace, pero estaba muy apretada de dónde estaba amarrada y ella tampoco pudo soltarla. Lu tomó a Nicolas de la mano y se lo llevó hacía la ventana, le habló algo de lo que no pude escuchar y me hizo una señal con la mano de que buscara unas tijeras, eso no lo había pensado antes de la pura desesperación. Entré al cuarto de baño y tomé las tijeras, salí y Nicolás me miró.
–No te muevas Camilo – Escuché que me decía Nicolás.
Guardé las tijeras detrás de mi espalda,
–Deja que Camilo corte la cuerda – Le dijo Lu – En verdad está muy