La semana siguiente, Roberto y Marta se despertaron con una mezcla de nerviosismo y emoción. Habían estado planeando una cena especial para su hija Elena y su pareja Lucía, un evento que marcaría una nueva etapa en sus vidas como familia. Quisieron que fuera una noche memorable, donde todas las tensiones del pasado quedaran atrás y se cimentara el futuro con amor y comprensión.
Marta se dedicó a la cocina, eligiendo los platos favoritos de Elena. Preparó una rica lasaña, ensaladas frescas y un postre de chocolate que siempre había sido el favorito de su hija. Mientras cocinaba, su corazón latía con entusiasmo al imaginar la alegría en los rostros de Elena y Lucía al llegar a su hogar.
"¿Te parece si ponemos una mesa especial en el patio? Creo que sería perfecto," sugirió Roberto, mientras ayudaba a colocar algunos adornos en la mesa.
"Me parece una idea maravillosa. Al aire libre, con las luces y el sonido de los grillos, sería un ambiente excelente para la celebración," respondió Mar