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Macabro plan
Catalina sin inmutarse al escuchar las quejas de su esposo respondió:
—¿Estabas escuchando detrás de la puerta, Steven?
Él alzó la barbilla para decir:
— ¡Es mi casa! ¡Puedo entrar en cualquier habitación!
Ella levantó su rostro y en tono decisivo dijo:
— ¡Pues aunque sea tu casa,está es mi habitación y sin mi permiso no debes invadir mi espacio!
— Acá lo importante es que te escuché decir que te sentías afectada por la presencia de Bragg hoy en la empresa, ¡te recuerdo que eres mi mujer y no me gustaría que me señalen como a un cornudo!— dijo marcando cada frase.
—¡No seas ridículo Steven! Se muy bien cuál es mi puesto, y lo que compartía con mi amiga era una mera expresión, te agradezco que noandes husmeando tras las puertas para escuchar conversaciones que no te incumben— exigió Catalina — ahora, ¿podrias salir y dejarme a solas con mi amiga Lotty?
— ¡No veo porque la alharaca por un hombre, deberías darte tu puesto de mujer casada que eres!— exclamó enojado.
— No