Amanda como pudo llegó a casa bastante cargada, ya que tenía a su cargo los niños, más todo el supermercado que había comprado el señor Ferrari.
— ¿Qué es todo esto Amanda? ¿te has sacado la lotería? — Le pregunta Charo sorprendida, al ver todos los paquetes que venía cargando su hija.
— Mejor ayúdame, tengo un carro lleno allá afuera.
Ambas entraron toda aquella comida y utensilios necesarios para el hogar, mientras conversaron organizando la despensa.
— Me encontré con los padres de John. Después del gran susto, no sé si fue buena o mala suerte, ya que de verdad estábamos necesitando de estos alimentos. Los niños están comiendo demasiado.
— Elijo la opción de buena suerte. El día de hoy por recorte de personal, me detuvieron en el trabajo. — Le comunica a Charo con su rostro cabizbajo.
— Por ahora no hará falta, la señora Ferrari me entregó esta tarjeta, más este dinero en efectivo. — Ella le muestra mientras va conversando.
— ¡Por fin decidiste tomar algo de esa familia! Al final e