Capítulo 3

Love estaba en su cuarto de juegos, jugando con las pelotas con sus gemelos que cada día se parecían más a su padre, rubios de ojos azules, los genes han favorecido bien a su familia. Entonces su teléfono comenzó a sonar, al tomarlo vio que no era su teléfono personal, sino el de trabajo, se levantó y fue por él sin perder de vista a sus hijos.

— ¿Hola? – respondió. 

— Aradia, soy Scott, me gustaría verte en persona.

Scott era un miembro importante de DUMA, la mafia que la CIA tiene en la mira. Lo sabe porque hizo su investigación, conoce quienes son y los ha visto en persona. Ya esperaba esa llamada, carraspeo un poco y se metió en su papel de Aradia. 

— Pon lugar y hora y ahí me tendrás, claro, solo si es bueno – suspiró y miró a sus hijos. – Yo no desperdicio el tiempo en ñoñerias – escuchó una leve risa. 

— Terminando esta llamada lo recibirás, quisiera que hiciéramos negocios. Iremos a un lugar público, por lo que tendrás que respetar mi identidad al igual que yo lo haré. 

— Comprendo, estaré lista cuando me quieras. Nos vemos pronto Soctt. 

— Igualmente Aradia.

Love guardó su teléfono, maldecía en silencio. 

Una reunión de ese estilo nunca iba bien, porque aunque estuvieran en un lugar “público” sabe que va a tener como 60 ojos sobre ella y ante el mínimo movimiento la van a matar, como también sabe que para entrar en cualquier mafia se necesita confianza y por ello le darán la paliza de su vida. No es la primera vez que espera una golpiza o tortura, ha pasado cosas peores y desde lo de su esposo e hija, ya no siente dolor. 

Su niñero no podía ir hoy a cuidar a los gemelos, así que recurrió a su segunda “niñera” y marcó el número de Karlsen.

Love, preciosa, me alegra escucharte ¿Qué pasa?

— Te necesito – cerró los ojos al saber cómo sonó eso.  

— ¿Qué ocurre?

Salió algo del trabajo y tengo una cena importante esta noche, ¿te importaría…

Yo cuido a los gemelos – la interrumpió – No será problema, de hecho estoy en casa con los niños y estaba pensando en ti.

¿Pensando en mí, eh? – soltó una risita, sintiendo sus mejillas arder. 

No me malinterpretes… - tartamudeo nervioso.

— Tranquilo Rag, tú también me gustas – los dos rieron. – Iré a dejarlos en una hora, gracias de verdad.

Aquí te estaré esperando.

 — Nos vemos guapo.

Corto la llamada, con una gran sonrisa. Le gustaba que ese hombre le subiera el ánimo sin siquiera saberlo. 

Tomó a sus hijos, les cambió la ropa y preparó la pañalera. Les puso una caricatura en su tableta, mientras ella preparaba su ropa. Un pantalón negro, zapatillas negras, una blusa roja con un gran escote, y una chamarra negra, amarro su cabello en un moño alto y se maquillo. Por lo general, Aradia usa maquillajes oscuros y cargados, así que eso usará, porque cuando es mamá, no usa ni una sola gota de maquillaje a menos que lo requiera la situación.

Se puso sus anillos, anillos que generalmente terminaban con sangre y restos de piel. Se miró al espejo, su look de criminal peligrosa lucía perfecto, sus tatuajes a la vista, sus pechos resaltan en el escote, sus piercings le dan un toque más rebelde, guardó un par de armas en donde nadie las viera o notara.

— Bien amores, iremos a casa de Rag – dijo tomando sus cosas y tomandolos de la mano. 

Subió a su camioneta, acomodó a sus niños en las sillas y condujo a casa de Ragnar. Cuando llegó ya estaban dormidos, por lo que los bajo en sus sillas portatiles, toco el timbre de la casa de Ragnar, que abrió la puerta rápido y la ayudo con uno de los gemelos sin hacer mucho ruido para no despertarlos. 

— Gracias por hacer esto – dijo Love cuando los dejaron en la sala. – En la pañalera está todo, ellos ya cenaron así que si tienen hambre no les de mucha comida y de ahí en fuera hacen lo que sea.

— Comer plantas y tierra, lo sé – le sonrió, la reparó de pies a cabeza. – Te ves muy bien – mordió ligeramente su labio mientras Love le daba esa mirada coqueta. – ¿Tienes una cita? 

— Cena de trabajo – le guiño un ojo – Bien me tengo que ir – miró una última vez a sus hijos y después a Raganr. – Espero que esto no me tome mucho tiempo, estas cosas pueden tornarse toda la noche, me voy a ver con el jefe – suspiró. 

— Mira tú tranquila, la habitacion de Julian es grande pueden dormir ahí o sino conmigo, no es problema – la miró y acarició su brazo. – Tu trabajo es importante, no te preocupes yo me los quedo.

— En verdad gracias – le sonrió.

— Pero como tú me dijiste, nos debemos una gran cena – dijo con una sonrisa coqueta.

— Si, no lo olvido y después de esto te llevaré a un buen lugar – sonrió mirándolo – Será una noche solo para nosotros – le guiño un ojo – Nos vemos Rag. 

Ragnar soltó una risa ronca, miró como se iba y volvió a entrar en su casa. Tomó a los gemelos y los llevó a su habitación, poniéndolos con cuidado sobre la cama y sin que despertaran, hizo un fuerte con almohadas para que no se cayeran y salió de la habitación. 

Debe admitir que Love da un porte de criminal, llena de tatuajes, pero está muy sexy y todo ese atuendo solo marcaban lo bien que tiene su cuerpo, sus curvas, sus pechos, sus caderas… joder le encanta la chica, aunque sospeche que tiene un historial criminal enorme. 

¿Qué demonios está pensando? Es la madre de los amiguitos de sus hijos, no puede pensar así. 

Mejor hará la cena. 

[…]

Love llegó al restaurante, lujoso y de mucho porte, no le sorprendió que estuviera vació y que dijera “cerrado” eso sería privado aunque dijera que sería publico. 

— Es por aquí señora – indicó un mesero que lo llevó a la mesa donde había un solo hombre.

— Gracias – dijo Love, se quitó su chamarra y se sentó frente a él – Supongo que tú eres Scott.

— Y tú Aradia – sonrió el hombre , después de mirarla de pies a cabeza– Es un gusto conocerte, hermosa. 

Scott un hombre de tal vez cuarenta y tantos, con algunas canas en su cabello castaño, ojos verdes y piel morena, lucía un traje gris y una gran confianza al ser uno de los cabecillas de DUMA, no estaba solo y eso ya lo había averiguado Love. 

— Lo mismo digo – miró como otro mesero llegaba dejando dos copas con vino tinto. – Aunque esto sea privado – comenzó a decir – Y solo aparentamos estar solos, pude notar que había alguien en el edificio del otro lado, supongo que en tu señal aparecerá un láser rojo apuntando a mi pecho – le sonrió y tomó su copa de vino. – Supongo que también el tipo que está en la colina de ahí está contigo – suspiró. – Y los ciclistas nocturnos son raros, pero me gusta tu forma de poner infiltrados – le dio un sorbo a su vino – Joder, que buen vino ¿Cuál es? Me lo voy a comprar. 

Scott estaba impresionado, sabía que era inteligente y que no podía jugar con ella. Ahora lo sabía y estaba aún más impresionado de cómo pudo saber de los ciclistas, ni siquiera tienen armas. 

— Estoy impresionado – sonrió – Escuche cosas de ti, pero no quería creerlas.

— Nadie lo hace – le sonrió – Vamos a presentarnos como es y por favor no quiero juegos, porque en cuanto ellos disparen, tú ya estarás desangrándote en la mesa. 

Scott chistó con la lengua, sonrió mirándola. Le gustaba como era. 

— ¿Cartas en la mesa?

— Por favor.

— El tema es – suspiró. – Me gusta como trabajas, limpio y sin rodeos, haces el trabajo como una desalmada, sin piedad. Aradia, has matado familias enteras solo por una orden – la miró. – Solo he visto a una persona así y era el Diablo ¿Qué te pasó a ti?

— El Diablo y yo somos mejores amigos, por algo llevo el nombre de su hermana – carraspeo sentía la garganta seca por lo que volvió a beber más vino. – Y yo solo hago mi trabajo, punto final, no hay nada más. 

— Me gusta eso – miró su copa de vino. – Pero necesito saber quien eres, no confío en nadie solo por su reputación – sonrió. – Y te diré algo, no tomes un vino sin ver antes la botella.

Love miró el vino, de pronto todo le dio vueltas y despues se volvió negro…

[…]

— Son hermosos – susurro Dani.

— Si lo son – sonrió Ragnar. Los dos estaban mirando a los gemelos dormidos. 

— ¿Sabes? Cuando estuvimos en su casa vi una foto de su familia – dijo en voz baja mientras miraba a los gemelos. – Ellos eran muy chiquitos, casi no tenían pelo – sonrió.

— ¿Y a quién viste? – preguntó curioso.

— Un hombre muy guapo, supuse que era su esposo ya que tenía Love tomada de la cintura, había una chica más, como de 15 años más o menos que sostenía a uno de los gemelos y había un hombre con el cabello azul que tenía al otro gemelo. Se veía muy feliz – susurró. - ¿Crees que le haya pasado a él lo mismo que a nosotros? – pregunto mirando a su papá.

— No lo sé amor – acaricio su cabello – Ya nos lo dirá. 

— Sí – sonrió.

Se quedaron callados de nuevo solo mirando a los gemelos. 

Ragnar se quedó pensando en ello, Love no habla de su pasado y en su casa no pudo ver fotos de ese hombre, tal vez solo tiene una. Todas las fotos son de ella o de sus hijos, incluso hay un chico moreno, pero se ve de su edad, supone que será algún familiar suyo no sabe.

Ya se lo dirá en su momento. 

[…]

Love abrió los ojos al sentir como le caía agua fría encima, estaba rodeada de hombres armados y enmascarados, ella estaba atada a una silla y vio todas sus armas frente a ella. Entonces apareció Scott. 

— Creí que íbamos a negociar – dijo Love. 

— Así negoció yo – le sonrió.

— Vaya m****a de negociación tuya.

— Respete al jefe, cabrona – le dieron un golpe en el vientre que le sacó el aire.

— Basta Dixon – dijo Scott – Dime ¿Quién eres? 

— Solo una bastarda más – jadeo.

— Respuesta equivocada – dio una señal y lo golpearon un par de veces. DUMA era conocida por no tener piedad ni con las mujeres. – Aradia te hemos vigilado, sabemos que tienes dos hijos – tenso la mandíbula fuerte – Así que mejor habla.

— Tengo gemelos – susurró – Solo ellos, su padre murió hace mucho tiempo. 

— ¿Algo más? 

— Si, ellos son mi vida entera – los miró. – Cosa que le pase a ellos y desató el infierno entero – tosió un poco, sintió el sabor de su sangre en la boca - ¿Qué más quieren que les diga? 

— ¿Qué relación tienes con Ragnar Karlsen? 

Love se dio cuenta de que la estaban vigilando desde hace mucho tiempo, carraspeo un poco y los miró. 

— Somos pareja de taller de padres solteros, mis hijos y sus hijos se llevan muy bien, somos casi familia por los niños – carraspeo. – Lo mismo digo, toquen a esos niños y los mato.

— Nosotros no vamos con niños – dijo Scott – Si queremos dañar a Karlsen, pero nuestro límite han sido los niños – suspiró. – Larguense todos – ordeno y todos se fueron dejándolos solos. – Necesitaba que dijeras la verdad, quiero que seas parte de esto Aradia, tendrás protección completa.

— No confío en mafiosos – dijo mirándolo. 

— Yo digo lo mismo, pero quiero que lo hagas, jamás tocaremos a tus hijos o los hijos de Karlsen, podríamos hacerlo, pero ahora que tiene relación personal contigo no lo haremos – trago saliva, saboreando su propia sangre. – Necesitamos ver cómo trabajas de cerca.

— Está bien.

— El viernes al mediodía, te quiero en el faro – la miró – No faltes – la desató y se fue. 

Love se levantó, tomó sus armas y las guardó, salió de esa bodega abandonada y vio que estaba totalmente sola, su auto si que estaba ahí. Al subir al auto sintió el dolor de los golpes, se miró en el espejo retrovisor y vio que su labio estaba roto, tenía un golpe en la mejilla que podría ocultar con maquillaje.

Condujo hasta encontrar la carretera, no sabía dónde estaba así que puso el GPS e indicó la casa de Ragnar, el camino era de una hora, sin duda la llevaron lejos de la ciudad. 

Tomó su teléfono y mandó un mensaje a Sanem, diciéndole que había tenido contacto, que tenían que verse pronto. 

Justo cuando estaba por llegar a casa de Ragnar, se detuvo para mirar su aspecto de nuevo, estaba muy jodida, trato de arreglarse lo mejor que pudo. El reloj daba casi las 4:00 de la mañana. Le mando mensaje de que ya estaba fuera de su casa. No iba a despertar a los niños.

—¿Qué te pasó? – dijo al verla. 

— Shhh, están dormidos – susurro Love agarrándose el costado.

— Dios mio – la ayudó a llegar a la sala. - ¿Qué mierdas te paso? – dijo mientras iba por el botiquín que tenía en la cocina.

— El jefe me dio una gran bienvenida – sonrió divertida. – No te preocupes, me han dejado peor. 

— ¿Peor? – susurró mirándola. – De qué m****a trabajas Love – se acercó y comenzó a curar la herida de su ceja, su nariz y su labio.

— No quieres saber – sonrió de lado – Estoy bien.

— Apenas puedes ponerte de pie.

Sonrió apenas al recordarle a su esposo, recuerda la primera vez que llegó así a casa, su esposo se puso como loco, pero pronto comenzó a acostumbrarse a verla golpeada, porque sabía que los otros estaban mucho peor o estaban muertos.

— Me duele el costado no fue nada – suspiró y lo miró - ¿Cómo están mis hijos?

— Dani dijo que se dormiría con ellos, se despertaron, jugaron y después ella se los llevó a su habitación, están dormidos en una gran cama inflable – sonrió un poco. 

— Será mejor no despertarlos – carraspeo.

— Ya quedo – dijo Ragnar al curar sus heridas – Quítate la ropa.

— ¿Qué? Oye primero una cena ¿no?

— Love, por Dios – se sonrojo un poco.

— Estoy jugando – soltó una risita. – Aunque lo de la cena es verdad, eh – se quitó su chamarra y su blusa.

Ragnar pudo ver todos sus tatuajes, en su pecho tenía varias flores que en el centro tenía el nombre de Natalia, y en un león tenía el nombre “Nathaniel” supuso que era su esposo, tenía un dragón que ocupaba gran parte de su vientre que decía el nombre de Jensen. En sus brazos tenía el nombre de Natanael y Jensen cada uno con un animal salvaje distinto. Natanael tenía un cuervo negro y Jensen tenía un aguila. 

— Si ya dejaste de admirarme puedes ver que tengo – sonrió divertida. 

Ragnar apretó los labios y revisó su costado, no tenía nada más que inflamación, le puso un poco de pomada.

— ¿Me dirás que te paso? – dijo al darle un par de pastillas y agua. 

— No puedo – lo miró. – Al menos no ahora – suspiró.

Ragnar quería seguir discutiendo eso, pero Sanem le estaba llamando así que salió de la casa.

Love leyó el mensaje de Sanem que decía “Mañana a primera hora” suspiro y se levantó del sofá, fue a la cocina y busco algo fuerte. Tiene muchas cosas en la cabeza, necesita calmarse. Minutos después vio a Ragnar entrar.

— Por favor dejemos de pelear – dijo Love – Hablemos cuando mi mente no esté queriendo matarme.

— Está bien – dijo mirándola – Ven.

Love lo siguió hasta una habitación, frunció el ceño pero entró. 

— Tienes ropa para cambiarte – señaló.

— No pienso dormir si te soy sincera. 

— Mira solo hay una cama libre y es la mía – señaló la cama – Al menos recuéstate.

Love no quería pelear más, así que se recostó y puso la alarma de su teléfono, Ragnar se recostó a su lado. Ninguno de los dos dijo nada. Simplemente durmieron las pocas horas que tenían. 

El reloj marcaba las 8:00, Love abría los ojos y vio que estaba dormido sobre el pecho de Ragnar y que él la tenía abrazada. Le gustaba despertar así, sentir su calor y su fragancia masculina, le encanta. Trató de moverse pero le dolía todo el cuerpo, miró el reloj y vio la hora que era.

— M****a – susurro.

— ¿Qué pasa? – gruño Ragnar.

— Despierta – lo movió – Son las 8:00.

— ¡Cómo! 

Los dos se levantaron, Love se puso una camisa de Ragnar y le ayudó a alistar a los niños, ella puso a sus hijos en sus sillas y los subió al auto. Ragnar hizo justamente lo mismo, nadie se despidió de nadie, todos se fueron por su rumbo. 

Love llamó al niñero que llegó de inmediato, le dejó a sus hijos, se cambió la camisa de Ragnar por una playera cualquiera, se puso lentes oscuros y una gorra y se fue a su reunión con Sanem. Era muy tarde y no podía llegar tarde sabiendo que conocería al gran jefe. 

Cuando llegó Sanem la miró, se dio cuenta de los golpes y de la ropa, pero no dijo nada. 

— Espera, estamos esperando a alguien más – dijo Sanem – Hay café.

— Gracias – dijo Love y se sirvió - ¿Y a quién esperamos?

— Hola preciosas – Dante se sentó junto a Love. – Dios mío parece que tuviste una pelea. 

— La tuve – dijo dándole una sorbo a su café. 

Dante suspiró y no dijo nada más. Dante además de ser su psiquiatra, también era un amigo cercano, pues había sido el mejor amigo y casi hermano de su esposo. 

— Lamento la tardanza – dijo Ragnar llegando a la sala de reuniones - ¿Love?

— ¿Ragnar? – se miraron.

— ¿Se conocen? – dijo Dante. 

— Genial se conocen – dijo Sanem – Empecemos esta reunión – suspiro – Love, él es Ragnar Karlsen Director en jefe de la CIA. Y ella es nuestra mejor sicaria conocida como Aradia. Empecemos… 

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