*—Antonella:
Antonella no había visto a Max desde el viernes y de eso ya habían pasado dos semanas. No era extraño que su novio estuviera ocupado, pero sí lo era que no tuvieran ni un solo momento para verse. Se hablaban por mensajes, a veces por llamadas o video, pero solo eso. Max incluso no le pedía que se vieran en su apartamento y tampoco se atrevía a venir a buscarla. Parecía que había acatado muy bien la sugerencia de no venir a su casa con temor a que los padres de Antonella supieran sobre su relación.
Un suspiro pesado salió de Antonella y se giró en la cama, fijando la vista en el techo de su habitación. El ventilador giraba lentamente sobre su cabeza, el sonido monótono de sus aspas llenando el silencio.
No tan solo su relación se sentía extraña, también su familia.
Los últimos días habían sido demasiado tranquilos. Su padre de buen humor, su madre inusualmente alegre, sus hermanas sin peleas ni discusiones. Todo parecía… estático. Como la calma tensa antes de una gran torm