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El Deseo de un Clon 1: Crímenes Heredados.

Si te metes demasiado con el balance del Multiverso

tarde o temprano OCCET ira por ti.

-----O-----

Dentro del microondas podía escuchar como el maíz explotaba para convertirse en pochoclos, tengo que admitir que estaba ansiosa porque no podía dejar de ver como el tazón giraba dentro del dispositivo. Fue entonces que el cronometro llegó a cero y una pequeña alarma avisaba de que ya estaba listo, al instante abrí la puerta y saqué el tazón rápidamente para no quemarme mucho las manos.

     El olor a la azúcar en los pochoclos podía verse en el aire y era riquísimo. –¡Ya están! –le grité a la persona que se encontraba en la otra habitación–. ¡Más vale que no hayas puesto la película todavía! –Ese último mensaje fue una advertencia mucho más furiosa. Al tonto de mi hermano lo veo capaz de estar viendo ya la película porque no quiso esperar más, es el tipo de persona que no sigue mucho las reglas y en situaciones como estas cuando nuestros padres están de viaje eso se potencia.

     A toda prisa tome el repasador que colgaba de la puerta del horno para ponerlo alrededor del tazón e ir a la sala, algo dentro de mí me decía que ya había puesto la película por lo que tenía que apresurarme para gritarle y ponerla otra vez desde el principio.

     Salí de la cocina, el pasillo tenía forma de T: en la punta izquierda estaba la cocina, en frente el comedor y siguiendo por el corredor largo estaría la sala de estar. Casi corriendo y equilibrando el tazón entre mis manos llegue al final del corredor, cruce el marco de la puerta y entre a la sala de estar.

     A diferencia de otras habitaciones de la mansión esta era casi en su totalidad de madera, las tablas marrones del piso brillaban de lo lustrosas que estaban, había uno candelabro en el techo, muchas estanterías llenas de libro, aunque lo que más importaba era el enorme televisor led colgado de la pared encima de la chimenea y el largo sillón en frente.

     Solo que en esta ocasión había algo diferente en la sala, cuando apenas entre me quede tan sorprendida que el tazón de pochoclos se cayó de mis manos para reventarse contra el piso y esparcir astillas y pochoclos por todos lados. Podía sentir que tenía la boca sin palabras y los ojos bien abiertos.

     Cuatro extrañas armaduras cibernéticas de dos metros de alto y totalmente negras estaban paradas dos a cada costado del sillón. Debían tratarse de armaduras autónomas porque en vez de cabezas había un espacio vacío que revelaban como un cuerpo cabria perfectamente dentro, y a pesar de estar vacías seis tubos parecidos a mangueras salían de sus espaldas y le apuntaban a mi hermano como si estuvieran por disparar un rayo mortal.

     Al hacer el ruido 12 de esos tubos que salían de dos armaduras me tomaron en la mira, pero eso no fue todo ya que también llame la atención de dos personas presentes. Se trataba de una mujer y un hombre con trajes negros que también empezaron a verme solo que con un semblante confundido.

     Les mantuve la mirada un momento hasta desviarla a mi hermano Liceo, acostado en el sillón con el pijama puesto y tan desorientado que su cara no era de tonto sino más bien como la de un animal pequeño que sabe que hizo algo malo. Y eso fue justo lo que quise saber. –¿Qué hiciste ahora? –pregunté entre molesta y preocupada.

     –Solo quería ver la película. –El miedo en sus palabras sumado a los pelos erizados de sus brazos y sus manos temblorosas me decían que era la verdad.

     –Suficiente. –habló la mujer de negro que le llegaba al hombro a su compañero. Con sus dos manos sostenía de los costados una tablet con un logo que no había visto antes, en la parte superior del dispositivo había una antena con una esfera que se asemejaba a una webcam y que ella apuntó ligeramente a mi hermano.

     Una luz se proyectó y lo escaneo de arriba abajo. –El análisis muestra una enorme similitud genética con nuestro objetivo Julián Ramírez, pero su apariencia no coincide con la de la información. –agregó ella al terminar.

     Su compañero más alto inclinó un poco su cabeza y cuello para observar la pantalla de la tablet. –Los superiores dijeron que el objetivo tenía diferentes cuerpos. –Acto seguido me señaló a mí con un dedo índice muy incriminador–. Analízala a ella también.

     La luz que proyectó la webcam fue desde mi cabeza hasta los pies. –Que extraño, el análisis da los mismos resultados que el anterior. –Al terminar de decir esas palabras los tentáculos cibernéticos de las armaduras automáticas se acercaron más a nosotros y se escuchaba un sonido como si estuvieran listos para disparar.

     –Te dije que tiene diferentes cuerpos, de seguro quiso engañarnos con un señuelo pero no contó con que somos más listos.

     Ambos extraños estaban hablando mucho, así que pensé que serían razonables. –¿Podemos saber que está pasando aquí? –dije con ambas manos levantadas.

     El hombre no dudó en gritar. –¡Silencio! Ambos quedan bajo arresto por la Oficina de Control y Corrección Espaciotemporal por crímenes contra La Causalidad de Sucesos Predestinados y generar una Tangente.

     –Los escoltaremos a ambos a la Acronopolis para ser juzgados –agregó la mujer–. Sígannos.

     Mi hermano y yo chocamos miradas, no hacían falta palabras, yo era totalmente capaz de comprender sus pensamientos con solo ver sus pupilas al igual que él conmigo. Podía imaginarme su voz dentro de mi cabeza diciendo < ¿Qué hacemos?> a lo que yo respondía <Nos apuntan desde 24 lugares diferentes, creo que no tenemos más opción que obedecer>.

     Liceo blanqueó sus brillantes ojos como amatistas antes de ponerse de pie con una mueca, odiaba hacer lo que otros le decían y más si parecen adoradores de la ley.

     El hombre levantó su brazo izquierdo para apuntarlo al aire, un brillante reloj negro y táctil llamó mi atención. El sujeto presionó la pantalla y un rayo naranja generó un punto que quedó estático en el aire, empezó a escucharse un tic tac que iba cada vez más rápido hasta que se formó un destello.

     Al acabar lo que quedó fue una figura rectangular que parecía estar hecha de un cristal naranja, solo que sus bordes eran negros con estrellas multicolor dentro. –Entren –sentenció el hombre y no pudimos hacer otra cosa que obedecer, solo que yo lo hice primero por las dudas, no sé, solo no quería que mi hermano fuera el primero.

     Atravesar esa extraña ¿puerta? No sé cómo referirme a ella, pero cruzarla fue como meter todo el cuerpo en gelatina muy fría y al salir del otro lado todo cambió abruptamente. La habitación se hizo mucho más grande y rectangular, ya no había muebles domésticos pero se mantenía la construcción de madera solo que de un color más claro.

     En la parte superior de las paredes había ventanales azules y de forma simétrica a ambos costados de donde salí había círculos en el suelo y el techo en la misma altura, por estos lugares pasaban arboles con vegetación y agua; aunque lo curioso es que el agua caía de abajo hacia arriba lo que provocó que por un segundo mi cerebro se tildara.

     No logré llegar a pensar en algo ya que al instante escuche un quejido en mi espalda y mi hermano llegó a este mismo lugar, sin pensarlo dos veces me acerque a él, aunque antes de poder abrazarlo salieron esas dos personas por lo que solo pude agarrarlo del brazo, eso me daba más seguridad.

     Detrás de la mujer y el hombre salieron las cuatro armaduras cibernéticas autónomas apuntándonos desde muchas direcciones diferentes. –Avancen –indicó la mujer y no tuvimos más opción que hacerlo.

     A los costados había muchos asientos de madera aunque estos estaban vacíos, nosotros caminamos hacia adelante donde una pequeña cerca de madera parecía separar una sección del rectángulo en un cuadrado; una vez del otro lado nos hicieron pararnos a los dos sobre una plataforma circular y se generó una barrera de energía cilíndrica alrededor para que no pudiéramos escapar.

     Las dos personas se sentaron en las sillas y los robots se ubicaron en diferentes puntas del lugar, vigilándonos y apuntándonos en todo momento.

     Fue entonces que otro destello anaranjado apareció detrás de un podio, una mujer alta atravesó la misma puerta anaranjada que nosotros. La figura de la mujer me pareció muy envidiable siguiendo los estereotipos de la moda actual, su tez era blanca y tenía un vestido blanco con celeste; también un cabello rubio. Lo único extraño fue que la mitad superior de su cabeza tenía un casco de metal platinado con el dibujo de una flor y que cubría su vista, aunque de alguna manera parecía poder ver de todas formas.

     –Julián Ramírez. –Movió con delicadez y fuerza sus carnosos labios la mujer, solo que el sonido no pareció salir de estos sino de parlantes con sintetizadores ubicados en todo el lugar. Mi hermano y yo volvimos a intercambiar miradas al escuchar ese nombre otra vez–. ¿Sabes porque estás aquí?

      Podía sentir como mi hermano tenía la necesidad de abrir la boca y decir una gran estupidez por lo que apreté con fuerza el brazo que le agarraba, él entendió que era para que se callara y me dejara hablar a mí. –Las dos personas que nos trajeron hablaron algo sobre una Tangente. –habían dicho algo más, pero por la situación ya no podía recordarlo.

     –En efecto en eso se concluye todo. Tu “viaje en el tiempo” solo fue moverse de su Volumen de Hubble a otro temporalmente más atrasado, usted no ha salvado una realidad, sino que su intromisión en otra con tecnología Oracle para alterar sucesos lo descarrillo del Horizonte de Sucesos y creó una Tangente. –La mujer hizo una pequeña pausa–. ¿Acepta haber cometido este crimen?

     Fue entonces que vi esto como el momento indicado para hablar. –No –contesté firme–. No sé qué está pasando aquí y no entiendo nada. Pero algo que si entiendo es que tienen a las personas equivocadas, nosotros no somos ese tal Julián Ramírez.

     Desde su podio la mujer se inclinó para adelante como si nos analizara con mayor detalle a pesar de que un casco cubría sus ojos. –He enjuiciado a varias Bifurcaciones de Julián Ramírez, a pesar de que tienen un cierto aire de familiaridad con él no estoy convencida. –al terminar de decir eso la mujer observó con desdén y silencio a los dos sujetos que nos trajeron.

     El hombre de traje negro se puso de pie. –Magistrada Oráculo, el análisis genético de los individuos reveló una gran similitud con el objetivo. Y como posee diferentes cuerpos pensamos que ambos se trataban de él intentando engañarnos.

     La mujer inclinó un poco un labio y levantó su dedo índice para presionar el dibujo de una flor que tenía en el centro de su casco, si pudiera ver su rostro diría que el dibujo estaría ubicado arriba de la nariz. Al presionarlo una luz de color celeste se proyectó y nos analizó, no puedo creer que ya sea la segunda vez en el día que pasa.

     Esa luz fue de arriba abajo y al terminar el dibujo de la flor en el casco titiló, la mujer volvió a presionarlo y esta vez se mostró una pantalla holográfica: esta mostraba el dibujo de dos figuras humanas (de mi hermano y mía imagino) y del otro lado otra figura, desde los tres dibujos salió un cuadro comparativo que procesaba diferentes datos que no entendía.

     Después de unos momentos el cuadro comparativo se volvió rojo, eso sí podía entenderlo, el resultado de lo que estaba haciendo dio negativo. Se supone que eso tendría que haber sido algo bueno para nosotros, pero en su lugar todos parecieron sorprenderse para mal ante el resultado. –Ya veo –habló esta mujer a la que llamaron Magistrada Oráculo antes–. Según el análisis de sus huellas cuánticas ustedes en efecto no son él, son su descendencia directa.

     Mi hermano y yo volvimos a intercambiar miradas, podía entender lo que me decía con solo verle los ojos <Esto no tiene sentido ¿Papá tiene un segundo nombre y apellido?> me imagine su voz dentro de mi cabeza y él imaginó mi respuesta <No que yo sepa>

     La alta mujer miró a los dos sujetos. –Vayan a traer al objetivo, a ellos dos los mantendremos como evidencia. –El hombre y la mujer asintieron con la cabeza antes de ponerse de pie. Sin embargo, antes de que se marcharan Liceo reaccionó sin que pudieran controlarlo.

     –¡Están equivocados! –reclamó acercándose a la barra de energía que nos encerraba–. Nuestro padre no es capaz de hacer eso, ustedes están equivocados. Si ya se confundieron una vez de seguro lo hicieron otra.

     Presionando el botón de su casco la mujer mostró una foto. –Este es el objetivo ¿No es acaso su padre?

     A mi cerebro le tomó un segundo analizar la foto y generar en mi estómago una fuerte sensación de nauseas, tuve que llevarme la mano a la boca para evitar vomitar. Pude ver que mi hermano se sentía exactamente igual que yo. –Papá… –No podía creerlo, en efecto se trataba de él–. Nuestro padre no puede ser un viajero del tiempo, no tiene sentido.

     –Como les explique antes, su padre creó una Tangente, hundió a una realidad entera en la catástrofe solo por el deseo egoísta de arreglar la suya, cosa que tampoco logró hacer. Y aquí en OCCET tenemos que castigar esas acciones y corregir esos errores.

     Siendo tan impulsivo como siempre Liceo quiso atravesar la barrera de energía pero solo recibió un fuerte choque eléctrico como resultado. –No jajajaja, no, no. No puede ser así. –se lamentaba–. Papá no es alguien malo.

     El aire en mis pulmones empezó a entrar aceleradamente y mis ojos se perdían en todas direcciones <Ellos dijeron que un hombre malo hizo cosas malas y mostraron la foto de papá, pero nuestro padre no es alguien malo. Aunque antes de mostrar la foto acertaron en que somos sus hijos ¿Entonces quien está mal aquí?> mi corazón se estremeció a la par que los pulmones, sentía todo mi cuerpo como un globo que se inflaba y desinflaba y explotaría en cualquier momento.

     –Seguro todo es un mal entendido –dijo Liceo recuperándose de la descarga.

     –No lo es –contestó al instante la Magistrada Oráculo como si tuviera una certeza infinita e imponente sobre su podio.

     –Por favor –rogó mi hermano–. Nuestro padre no puede haber cometido ese crimen, tiene que haber algo que podamos hacer.

     Me sorprendía la imparcialidad con la que hablaba la mujer, ya debía de estar habituada a este tipo de situaciones de seguro, algo bastante feo a mi parecer. –No puede hacerse nada, ya se verificó todo. No hay nada que se pueda cambiar.

     –Entonces déjenos a nosotros recibir el castigo de nuestro padre, por favor.

     Todo mi cuerpo se puso en pausa al escuchar como mi hermano pedía eso entre lágrimas, y él tantas veces que decía que no quería a papá y ahora mírenlo pidiendo eso; no podía tener dudas de que en serio era mi hermano.

     La Magistrada Oráculo levantó su mano. –Alto –les ordenó a ambos sujetos los cuales obedecieron justo antes de salir del cuarto. Ella parecía tener una expresión pensativa debajo del casco–. Que ustedes reciban el castigo en su lugar me parece una buena forma de castigarlo por sus acciones también.

     Tanto mi hermano como yo teníamos la misma expresión en el rostro < ¿A qué se refiere esta señora?>

     Ella continuó. –¿Y qué dicen? ¿Seguro que prefieren eso?

     Logre sentir la mano de Liceo en mi hombro y termine de tranquilizarme, creo que la respuesta fue obvia.

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