Alessandro se quedó allí, en la opulenta sala de estar de su casa, con el peso de las palabras de Antonio asentándose en su pecho. Miró a su alrededor, a los lujosos muebles y las obras de arte, y se preguntó si todo esto valía la felicidad y seguridad de Valentina.
Un hombre mayor, quien había observado la escena en silencio, se acercó a Alessandro. Era tío Giovanni, uno de los miembros más antiguos de la familia y un confidente cercano de Alessandro.
— ¿Qué vas a hacer, ragazzo?— preguntó Giovanni con voz grave. Yo habría mandado asesinar al hombre que llegara a mi casa a golpearme, pero lo cierto es que ese muchacho, tiene un punto. Si su hermana es la joven hermosa y dulce con la que te he visto últimamente, él tiene razón en preocuparse. Sobre todo si tienes intenciones serias con ella. No es fácil tr