14. La cacería (Alexander intenta seducir a Milena nuevamente)
Por un momento guarde silencio, mientras con delicadeza continúe acariciando a aquel singular corcel permitiéndome sentir como su pelaje tan sedoso se deslizaba con facilidad por entre mis dedos, su tamaño podría decir que era bastante imponente, pero eso en comparación a su temperamento lo hacían parecer como un enorme cachorro.
— ¿Cuál es su nombre? — exclame entre dientes sin girar mi cabeza hasta donde se encontraba Milena.
— No te importa — con cual disgusto evidente exclamo aquella.
— Claro que me importa por algo realizo tal pregunta ¿Cuál es su nombre?
— ¿Qué te hace pensar que tiene uno?
— De no ser así no lo tratarías con tanta cercanía, le reflejas tanto amor como si de a una antigua mascota se tratará — enmarque en mi rostro cual mirada seductora queriendo devorarla por completo tras ver como sus ojos se posaban en mi.
— Eso es mentira.
— Claro que no, sabes perfectamente que estoy en lo cierto, ahora bien, si lo que dices es verdad no te importar