—Vaya, vaya, qué sorpresa encontrarlos aquí —escucharon desde cierta distancia, lo que la orden de alejamiento le permitía a Franyely.
—Vámonos, por favor —dijo nerviosa Violet.
Ignacio le sujetó la mano y la guio hacia la salida, dejando a Franyely atrás, aunque esta los seguía sin violar la distancia permitida. Una vez seguros en el auto, Ignacio acarició el vientre de Violet. Acción notada y fotografiada por Franyely.
—No te preocupes, amor. Haré lo posible para mantenernos a salvo. Franyely no podrá hacerte daño.
Violet suspiró aliviada, pero aún nerviosa.
—Está loca, no la conoces, mis traumas y miedos se deben a lo que me hizo. Tengo miedo de sus acciones, ha demostrado ser capaz de todo, si de verdad me odia, tengo miedo amor. —miró en la dirección en que ella estaba y la vio fotografiándolos.
Violet pidió la llevara a casa, ambos se pusieron el cinturón, mientras observaban a Franyely sonreír.
En tanto conducía con dirección a la casa, Ignacio pensaba en las medida