Los Clanes Menores
El aire se volvió más denso cuando una segunda puerta se abrió al fondo del salón circular. Una figura encapuchada ingresó en silencio y detrás de ella avanzaron cinco más, cada una con su sello de origen grabado en el pecho.
- ¿Qué es esto? - masculló el rey elfo, su voz cargada de desaprobación - Esta sala es sagrada. Nadie entra sin invitación.
Alessia se adelantó un paso, la capa carmesí ondeando tras ella.
- Fueron invitados por mí. Como convocante de esta reunión, tengo derecho a presentar a nuevas voces.
- ¿Nuevas voces o nuevos problemas? - refunfuñó el rey enano.
Damian cruzó los brazos, firme a su lado.
- Si queremos frenar a Haidar, necesitamos a quienes ya lo han enfrentado… desde la oscuridad que ustedes han preferido ignorar.
Uno a uno, los representantes se retiraron la capucha. El primero era un híbrido vampiro-humano, alto, de mirada clara y expresión cansada.
- Mi nombre es Dael de la línea dhampira. Nuestro linaje ha sido perseguido, pero somos in