Mundo de ficçãoIniciar sessãoUna Damisela
Ferrás apoyó una mano en su hombro. Era la primera vez que hacía algo parecido y, aunque el gesto fue breve, Damian sintió el peso de lo que significaba.
- Lo haremos bien, Damian. - dijo Ferrás con firmeza - No eres un bastardo de taberna. Eres un Valendir… y mi nieto. Tendrás a todo Arcanus protegiendo tu espalda.
Damian asintió.
El sonido del silencio pesaba en el aire del templo. El joven apenas tuvo tiempo de procesar las palabras de Ferrás cuando el escolta del patriarca se adelantó, cayendo sobre una rodilla frente a él.
Con el puño sobre su corazón y la cabeza inclinada en un gesto de respeto absoluto, su voz resonó con solemnidad:
- Joven señor Valendir del Clan Arcanus, mis respetos. Le seguiremos con honor.
Damian sintió que su garganta se cerraba. La formalidad del momento, la fuerza







