Mundo ficciónIniciar sesiónMariano la lleva al baño en su habitación, el rostro de Matilda hundido en su pecho, lo que trajo una sonrisa al rostro de Mariano. Una vez ahí, la sentó sobre el counter y prepara unas compresas para limpiar las palmas de las manos de Matilda.
Matilda mantenía sus ojos cerrados, no quería tener que estar viendo lo que Mariano hacía.
“¡Aay! Ay, ay, aaay…”
Mariano sonríe, “¿duele o solo te da nervios?”
Matilda muerde su labio inferior, “no preguntes…” En realidad era más de nervios que de dolor. En este momento, la comezón era lo que más sentía, sobre el dolor; el dolor era un pequeño ardor en cada uno de los cortes.
Mariano deja escapar una leve risa, “vale, entonces mantente quieta… va a ser rápido.” En realidad no lo estaba







