Mundo de ficçãoIniciar sessãoLa atracción era magnética e innegable. Lástima que él no se sentía así. Es lo que Matilda pensaba.
Por otro lado, Mariano estaba teniendo justo el mismo pensamiento. Quería abrazar a Matilda y besarla. Besarla hasta que se convirtieran en uno solo. Hasta que sus preocupaciones se disiparan y solo quedaran ellos dos en su mundo.
Ambos estaban ahogados en los ojos del otro, tantas cosas por decir o por hacer, pero solo se quedaron ahí. Existiendo.
Hasta que Matilda volvió en sí y se movió levemente, con la voz aún más suave y sus mejillas completamente ruborizadas, “Gracias Mari… Eres lo más.”
Mariano no pudo evitarlo y se acerco más, abrazándola y enterrando su rostro en el cuello de Matilda, aspirando toda su esencia, todo su ser, “Mmmm” esto le trajo una calma que no hab&







