Enrique furioso le devuelve el golpe, “¿Quién dice que no puedo lograrlo? He estado con cada mujer que se me antoja.”

Samuel sacude la cabeza, “No seas terco, no quieras tirar todo tu trabajo a la calle por perder la razón.

Ella no es cualquier mujer, es la Directora, nos puede mandar volando en un parpadear.”

Enrique se mostraba fuera de sí, agarrando a Samuel por el cuello, “Es que no entiendes, me tiene loco.

Loco Samuel, loco.”

Samuel no lo entiende, la verdad solo la ha visto un par de veces y casi no han interactuando, podría solo dejar pasar ese episodio y no pasa nada. Respira profundamente, lo empuja a un rincón donde evitan los ojos y oídos curiosos, y le dice, “Cálmate.

Enrique, si sigues así, tendremos que buscar una nueva empresa.”

“Ni lo sueñes”, le tira un golpe directo al rostro.

“¡Enrique Humberto!” Samuel no se queda atrás dando golpe tras golpe, era visiblemente más fuerte que su hermano. No iba a dejar que este comportamiento afectara en su carrera, iba a poner qu