28.
Matilda con un rostro lleno de incredulidad mira a Mariano pero no dice nada, continúa viendo y respondiendo correos. Por dentro quería reclamarle por ser tan descarado.
Mariano sin decir nada se dispone a conducir.
En minutos, llegan a su destino. Mariano le ayuda a bajar del coche, entran al lugar y al estar ubicados en la mesa, Matilda reacciona y dice, “No me percaté adonde me trajiste…”
Mariano pregunta, “¿Siempre te sigue gustando? La verdad no te consulté.”
Matilda asiente, “Sí, hace meses no vengo.”
Mariano sonríe. Este restaurante es uno de los preferidos de Matilda, es el que la pone de buen humor cuando ella no lo está y justo ahora, ella ha estado de malas con él, evitándolo y siendo hasta cortante con él.
Mariano iba a hacer que en este momento Matilda se olvidara de todas sus molestias, después de todo estaban en uno de sus lugares preferidos e iba a comer todo lo que a ella le gustaba.
El mesero se acerca con bebidas y aperitivos, delante de ellos habían platillos delic