Noto que sus brazos están más delgados, su cara y sus piernas también.
—¿Y cómo estamos seguros de que ella es hija del hijo de puta de Lauro? —me pregunta uno de ellos.
—Investigué muy bien y creen que les mostraría a un impostor sin estar seguro —menciono y todos asienten con la cabeza.
Hago una seña con la mano para que Anabela tome asiento a un lado de la mesa.
Ella se sienta y yo también tomo asiento, levanto mi mano y los sirvientes comienzan a poner la comida en la mesa.
Mi mirada no se aparta de Anabela en ningún momento.
Todos comienzan a comer, pero ella no.
—Dante, puedo ir al baño —me preguntó con una voz muy baja.
—Ve, pero que Sofía te acompañe y Álvaro vea con ella —ordenó.
Veo como ambas se marchan por la enorme puerta.
Continuamos cenando; Anabela ya se ha tardado un poco. Comienzo a desconfiar y a entrar en casi pánico.
Me levanto de la silla dispuesto a buscarla, pero en eso veo cómo entran los tres y ella se sienta en su lugar.
Veo a Anabela un tan