Matt se tensa y me abraza con fuerza.
— Ya lo hablaremos, luego — asegura.
Nos quedamos en silencio durante una eternidad, en mi cabeza no dejan de dar vueltas las miles de cosas que quiero decirle, había sido tan tonta, una completa idiota, y él...Dios, él se había quedado a mi lado incluso con mi actitud.
Pienso disculparme de nuevo cuando lo siento roncar, lo que me hace reír, Matt no roncaba a menos que estuviera realmente cansado, usualmente luego de los partidos y así.
Con cuidado, me levanto sin despertarlo, tenía el rostro amoratado e hinchado, y respiraba con dificultad, Dios, tenía que hablar con Bryan al respecto, si Natasha Hoffman decidía demandar, estabamos fritos.
Al bajar a la sala, mamá me está esperando en la cocina con dos platos de su tarta de arandanos
— Supongo que ya todo está claro — dice abrazandome, yo asiento