Después de un rato conduciendo Nicolás aparcó el auto en un patio que daba a una casa iluminada con adornos navideños fuera.
—Creo que es aquí — anunció. Sídney se quitó el cinturón de seguridad e iba a abrir la puerta, pero Nicolás la detuvo.—¿Ahora qué sucede?—¿Traes tu collar contigo? El de los anillos —ella lo miró confusa.—Sí, ¿por qué?—Dámelo — pidió. Sídney abrió su bolso y sacó el collar para entregárselo a Nicolás quien a su vez lo desarmó y sacó los anillos.—¿Qué haces? —preguntó Sídney que no entendía nada.—Dame tu mano.Ella obedeció y él introdujo los anillos en el dedo que les correspondía.—Creo que ya puedes pon&