Isabella se abrazó a Eduardo y besó su labios con una alegría inmensa reflejada en sus ojos.
-¿Y eso?,¿a qué se debe tanta alegría?
-Mi amor,luego de dos meses de reuniones y propuestas bien elaboradas hemos cerrado el contrato más jugoso que está empresa haya tenido .
Eduardo levantó a su esposa en el aire y ella se reía—¡Bájame ya!
—Hay que celebrar,¿te llevaré a almorzar a un restaurante francés que abrieron ayer en la quinta avenida.¿Debes tener hambre?
Ella lo miró con una mezcla de seducción y picardía.--¡No sabes cuanto!--Ella se dirigió a la puerta de su oficina y le pasó llave.
–¿Qué haces,Bella?,vamos a…
No pudo terminar la frase Ella le calló con sus besos.
—¡Uff me encanta cuando te pones así?,pero estamos en la oficina,vamos a la casita.
—No,tengamos un rapidito aquí y luego nos vamos a la mansión,hoy quiero que pasemos un dia diferente.
Los ojos de Eduardo la miraron con pasión y sucumbió a los encantos de su mujer.
Ese encuentro amoroso fue el preludio de lo que sería