Kevin corría tras las niñas, asustándolas, ellas luchaban por escapar, gritando por los pasillos desolados.
Dieron vuelta en un pasillo y vieron un carrito de aseo. Mady y Ady se pusieron ambas, en un extremo de cada pasillo.
—¡La cubeta con agua, Mady!
Ella asintió, la tomó, observó a Kevin ir por ellas.
—¡Malditas niñas, vengan aquí!
—¡Ahora, Mady!
Mady vertió el agua que había en la cubeta, sin saber que estaba repleta de jabón, el hombre siguió corriendo, y resbaló, volando casi por los aires y cayendo, golpeando su trasero y cintura contra el suelo.
Lanzó un grito de dolor.
Mady y Ady, asustadas, se abrazaron, gritando.
La puerta de una habitación se abrió y Clare Palmer apareció.
—¡Tranquilas pequeñas! ¡Señor Kevin! ¿Está bien? —exclamó al verlo adolorido en el suelo.
Demetrius tenía a Marina entre sus brazos, la temperatura aumentaba en aquel oscuro lugar, Demetrius creyó que se convirtieron en fuego sobre pólvora, en cualquier momento sus cuerpos estallarían pidiendo