Una semana despues.
Cuando volvieron del crucero, Demetrius le pidió ayuda a Marina para hablar con su madre sobre Demian.
—Siento que, si yo lo hago, no podré resistir, y comenzaré a culparla de todo, no quiero ser esa persona.
Marina acunó su rostro.
—Yo hablaré con ella, ahora tú ve a triunfar a la empresa, cuando vuelva de dejar a las niñas en su primer día de clases, hablaré con Alana.
Marina llevó a las niñas al nuevo colegio, donde también irían los gemelos y Danna.
Encontró a Victoria despidiendo a los niños dándole un beso.
—Niñas, pórtense bien, nada de travesuras.
—Sí, mamita, lo intentaremos —dijeron guiñándole un ojo, sonrientes, Marina no pudo evitar mirarlas con amor, les recordaban tanto a los gestos de su esposo.
Marina se acercó a Victoria.
—Creo que tengo depresión post crucero, quiero volver.
Victoria rio un poco.
—¿Cómo va todo?
—Mejor que nunca.
—¡Pero, miren quien está aquí! Si es la asistente zorra que trepó a los brazos del jefe, es Victoria, y su