Los gemelos no podían mirar, Ady y Mady se levantaron y los miraron.
—¿Qué es lo que tienen?
—Es que, pensamos en nuestro papito.
—¿Están preocupados por patito? Ella está bien —dijo Ady
—No, estamos preocupados porque no queremos tener una bruja de madrastra, no queremos.
Las gemelas se miraron con angustia.
—Nosotros una vez íbamos a tener a un padrastro malo, nunca lo quisimos, y nuestro papito CEO vino, corrimos al malo —dijo Mady
Los gemelos las miraban sorprendidos.
—¡¿Cómo lo hicieron?! Son heroínas.
—¡Pues, claro, porque nuestro papito CEO es el mejor del mundo, mundial!
—¿Y que haremos nosotros? ¿Se les ocurre algo? —preguntó Mariano.
—¡Si dicen que es una bruja, échenle sal! Las brujas no pueden comer sal —aseveró Mady
—¿De verdad?
—¡Sí! Yo lo escuché —dijo Mady segura
Mario y Mariano se miraron con duda, pero asintieron.
—Yo creo que, si le dicen a Victoria que se case con su papito, ella quiere, es buena, ella me cae bien, y es dulce, no es mala —dijo Ady.
—