El aspecto de Giovanni en ese momento era distinto. Tenía la camisa desabrochada, mostrando su pecho pálido y firme. Su pelo, que normalmente lucía perfecto, ahora estaba despeinado por lo que había pasado antes, lo que le daba un toque relajado.
Así Giovanni ya no parecía el hombre reservado de siempre. Más bien, parecía un joven lleno de energías y despreocupado.
Clarissa pensó que, si Giovanni fuera un poco más joven, seguramente no sería tan reservado. Sería de esos chicos que atraen la mirada de todos, y que les gusta ser amigables.
Giovanni la volvió a poner suavemente en el asiento del copiloto y arrancó.
Dentro del carro, Clarissa bajó la mirada. Sus ojos no podían evitar detenerse en el anillo que llevaba en el dedo medio de la mano izquierda. Aunque el diseño era sencillo, cada vez le parecía más bonito. Probablemente, porque sabía lo que representaba: su vínculo con Giovanni.
Que lo hubieran llevado a una cita no cambiaba nada. Ella era su esposa. Eso era un hecho.
Pensando