—Hoy es viernes, Andrés — le respondo dando una cucharada al helado y degustándolo lentamente.
—Sí, guapa. ¿Qué dijimos que teníamos para hoy? — dice fingiendo no acordarse.
Me echo a reír por sus ocurrencias.
—En realidad, no tenemos nada programado, me encargué de revisar mi agenda y no había nada más en mi lista.
—¿Segura? — su voz se escucha juguetona — ¿Por qué no revisas otra vez?
Sin decir nada más, busco en mi bolso mi agenda forrada en piel oscura y la abro. En el día de hoy no hay nada más, pero paso la página, y me encuentro una exquisita nota escrita a mano en una tarjeta de papel de hilo blanco.
Nos vemos esta noche a las 8:00pm.
—Así que sí tenemos