CAPÍTULO 64: NO HAY VUELTA ATRÁS
La puerta del taxi se cierra con un golpe que resuena en mi mente, una clara señal de que no hay vuelta atrás. Miro a Daniel, su rostro pequeño y confuso refleja el caos que hemos dejado atrás en el hospital. La ciudad pasa a toda velocidad a través de la ventana, pero no tengo tiempo para prestar atención. Mi mente está enfocada en una sola cosa: salir de aquí lo antes posible.
Llegamos a casa y prácticamente arrastro a Daniel al interior, mi corazón martillea en mis oídos. Cierro la puerta tras nosotros, respirando hondo para calmarme.
—Mamá, ¿qué está pasando? —pregunta Daniel, puedo sentir su miedo y confusión.
—No te preocupes, cariño. Solo tenemos que empacar algunas cosas rápidamente —le respondo, intentando sonar tranquila, pero mi voz tiembla un poco.
Me dirijo a mi habitación, quitándome el vestido de novia con manos temblorosas. Cada movimiento se siente pesado, como si el peso del mundo estuviera sobre mis hombros. Dejo el vestido en el sue