"En vano he luchado. No quiero hacerlo más. Mis sentimientos no pueden contenerse. Permítame usted que le manifieste cuan ardientemente la admiro y la amo"
Las hojas secas que caían lentamente de los árboles parecían danzar con el vaivén del viento, el panorama era el mismo de siempre, largos caminos cubiertos de viejos y vetustos edificios que podrían narrar por si mismos la historia de Paris, personas yendo y viniendo en el mismo paso lento de todos los días desde que tenía memoria para recordarlo, el silencio incómodo y la necesidad de Ceres por detenerse a observar con detenimiento cada bello paisaje que se encontraban, aun a pesar de que podría volverse tedioso, no le molestaba en lo absoluto, por alguna razón que no lograba entender.
Ceres le había llamado esa mañana para charlar sobre su viaje a Gevaudan, era domingo, día libre para todos menos para