Alessandro no espera que yo responda, sino que, coloca la prenda en la canasta que tengo y con ella, escoge varias prendas más, tan eróticas, que solo verlas escoger resulta excitante.
La verdad, es que ver a un hombre musculoso como él, tomando ropa interior femenina, es emocionante. Porque al escogerlas me ve con ella puesta y excitar a alguien tan increíble como Alessandro, es realmente un logro.
Alessandro toma varias cosas que con mirada ardiente me entrega. Cada vez que se acerca, la temperatura en el lugar sube y no sé si los ventiladores no funcionan o el aire no es competencia para el fuego que emitimos desde nuestra mirada, porque realmente tengo mucha calor.
— Ve a probarte ello. — ordena él entregándome los conjuntos.
— ¿Y tú no vas a comprar cosas para ti?
— ¿Para que si cada vez que me lo pidas, puedo estar desnudo? — pregunta Alessandro sonriente, como si lo que dijera, no le afectará en lo absoluto.
— Entiendo. — murmuro.
— El vestidor está al fondo. Avísame si quieres