Sabiendo que ya no podía prolongar su entrada, se quitó el saco para protegerla del calor y sin dudarlo un solo segundo, se adentró en el fuego sin importar que pudiera quemarse. Mientras les gritaba a los espectadores:
— ¡Llamen a una ambulancia y a los bomberos!
Su camisa blanca, Estaba siendo consumida por las llamas, pero ignoraba ello y pasando a través del fuego, llegó a Kim quien cubrió con el saco y la cargó en sus brazos intentando protegerla de las llamas hambrientas por consumirlos.
Entrar en esa habitación había sido como experimentar el infierno y por ello, cuando salieron, sintió Alessandro un poco de alivio por la presión del calor, que había disminuido al salir. Pero, aún estaba preocupado por la inconsciencia de Kim.
— La ambulancia tardara cinco minutos. — comenta uno de los vigilantes.
— Cinco minutos es demasiado, ¿no hay manera de llamar a alguien más cercano? — pregunta Alessandro nervioso mientras coloca a Kim suavemente en el suelo para poder revisarla.
Lucía