—Por ser cómplice del hombre más buscado del mundo —declaró Lucifer con frialdad. Luego, sin perder más tiempo, ordenó a sus soldados:
—Espósenla.
Los soldados avanzaron hacia Paola, quien los miró con furia.
—No me quiten a mis hijos, pase lo que pase —exigió.
Lucifer arqueó una ceja.
—¿Quieres que