Paola, que observaba la escena, le preguntó:
—Vas a salvarla, ¿verdad?
—Sí. No se trata de ella, haría eso por cualquiera —respondió Dereck, levantándose para salir.
—Está bien, Spiderman, buena suerte —dijo Paola, con sarcasmo.
Dereck suspiró, pero no dijo nada más y salió de la casa.
Paola sintió un dolor punzante al ver cómo se alejaba. Las lágrimas pesadas amenazaron con caer, pero las contuvo con esfuerzo. No iba a llorar, no por él.
Dereck... ese hombre ya no merecía ni una gota de sus lágrimas.
Michael le había dicho que, cada vez que se sintiera deprimida, debería llamarlo. Así que, en ese momento, decidió seguir su consejo y llamó a Michael.
Cuando la llamada fue respondida, dijo simplemente:
—No estoy bien.
—Estaré en tu casa en quince minutos —respondió Michael.
—Está bien —dijo Paola antes de colgar.
Pensó que probablemente se iría con Michael, así que fue a cambiarse de ropa por algo más adecuado. Mientras lo hacía, le mandó un mensaje a Lily para que le hiciera el favor