¿Se cayó de la cama?
Observo mi reloj y por suerte voy con tiempo. Mi comida con Gianluca se alargó gracias a que se me antojo una natilla y no tuve más remedio que comerla.

Salgo del ascensor y como siempre mi amigo y yo nos separamos para nuestros respectivos lugares. Ajusto mi bolso a mi hombro y casi derrapo cuando veo a mi jefe junto a mi escritorio, sosteniendo en su mano la ecografía de nuestro bebé, intento ocultarme, pero tal parece que sintió mi mirada sobre él, dado que voltea y cuando nuestras miradas se cruzan alcanzo a vislumbrar un poco de dolor en sus ojos, pero de inmediato cambia la expresión de su rostro por una más fría.

—Lo siento, señorita Reyyan, es solo que ver la ecografía de su bebé sobre el escritorio me llamó la atención —se disculpa dejándola de nuevo en su lugar.

—N-no se preocupe.

—Desde hoy saldrá a su hora, no es necesario que se exija de más en su estado. Solo en casos excepcionales deberá de permanecer un poco más en la oficina, pero yo le avisaré con anticipación —me
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