Alan guardó silencio por un momento y respondió: "Serli será asunto mío".

Sandra miró a su marido, por alguna razón tenía el pecho apretado otra vez. Exhaló bruscamente: "En mi opinión, es mejor si vamos como siempre, tío. No quiero que Serli se entere de que eso tendría consecuencias graves. Es más, diré que te robé".

"Sandra", llamó Alan en un tono muy profundo.

"Sandra giró la cara cuando sus ojos se encontraron con los de su marido, pero Alan inmediatamente vio las mejillas redondas de su esposa". Nunca me ignores, ahora eres mi esposa. Espero que tengas paciencia".

"¿Eso significa?" Sandra apartó la mano de Alan de su mejilla.

Alan ahora acercó su rostro y susurró: "Dame tiempo para terminarlo".

Sandra cada vez no entendía más a qué se refería su marido. La mujer levantó la cara ahora que su distancia se estaba erosionando cada vez más.

Alan tragó la salvia.

Tazas.

Los ojos de Sandra se abrieron cuando Alan de repente besó sus labios, aunque sólo fuera por un momento. Si