Cuando Mariana regresó con el agua, encontró a Yolanda recostada en el hombro de Jacob.
Jacob la miró con voz áspera: —Mariana, las llevo de regreso.
Mariana frunció el ceño. Con la luz tenue no notó la marca de beso en el cuello de Jacob.
—No es necesario.
Intentó sacar a Yolanda de los brazos de Jacob, pero Yolanda se aferró aún más.
Mariana no sabía cómo hacer.
—¡Yolanda! —Mariana la llamó y le puso el agua fría en la cara.
Yolanda abrió los ojos.
Resopló con voz suave y débil: —Sí.
—Te llevaré de regreso, suéltalo — Mariana estaba cansada.
—No —Yolanda bajó la cabeza—. Quiero quedarme un poco más.
Mariana se quedó sin palabras.
¿Qué acababa de pasar?
Mariana miró a Jacob con una expresión interrogante.
Yolanda estaba bien antes. ¿Cómo que, al volver con el agua, ahora Yolanda estaba tan pegada a Jacob?
Jacob aclaró la garganta, sintiéndose inexplicablemente nervioso.
No se atrevía a decirle a Mariana que había besado a Yolanda.
Mariana lo regañaría.
—Mejor las llevo yo —Jacob repit