Mariana miró a Manuel una vez más.
Bastante guapo.
El celular de Mariana sonó.
Era un mensaje de Yolanda: ¿Ya has aterrizado? ¿Te apetece tomar algo?
—¡Claro!
Mariana apagó el celular y llamó en voz baja: —Papá.
—¿Qué pasa? —Tobías no se mostró molesto por la interrupción.
—Yolanda me ha invitado a salir. Déjame bajarme aquí, por favor — Mariana señaló hacia adelante.
Tobías asintió: —Bien.
Antes de salir del coche, Mariana le hizo un gesto a Manuel: —Señor Flores, le deseo una buena colaboración con mi padre. Espero que nos veamos de nuevo.
Manuel sonrió levemente: —Sí, hasta luego.
La puerta se cerró.
Mariana se dirigió rápidamente a encontrarse con Yolanda.
Manuel, que había estado dudando sobre la colaboración con el Grupo Chávez, finalmente accedió.
...
En el bar.
Mariana se había cambiado a un vestido negro y recogido su cabello con una pinza, mostrando su elegante cuello.
Pidió una copa de vino y comenzó a buscar a Yolanda entre la multitud.
Yolanda estaba sentada en una esquina