¡Mientras que no irritaran a Leo y no le dejaran presionar el control remoto, todo estaría bien!

—La gente afuera ya la he manejado, pero Leo es muy astuto y pronto se dará cuenta de que hemos irrumpido. Señor Guzmán, ya puede negociar con la policía y Leo, mientras nosotros entramos sigilosamente —dijo Yahir.

—Aquí no hay señal —respondió Walter.

En el momento en que cruzó la puerta, su teléfono se quedó sin señal.

—Ahora sí —le indicó Yahir a Walter.

Ellos llevaban receptores de señal individuales, de lo contrario, no recibirían los mensajes de Joaquín.

Justo cuando Walter iba a hacer la llamada, la voz de Joaquín llegó a los auriculares de Yahir: —Viene alguien, ten cuidado.

César y Yago se ocultaron a los lados de la puerta, y en el instante en que alguien entró, ya lo habían derribado con un corte en el cuello.

—Listo —dijo César, moviendo la muñeca y tocando suavemente el auricular.

—Lucía, ¡ve a reunirte con César! —Joaquín observaba su posición con un dron y notó que Lucía aún