Lorena: [¿Recibiste las cosas? ¡Asegúrate de aprender bien en el hospital y no me avergüences!]
Mariana hizo una mueca y respondió: [Entendido, abuela, tranqui. ¡No te voy a decepcionar!]
Tobías: [Aunque no te hiciste cargo de la empresa, ¡no debes perder la presencia cuando estés fuera! ¡Papá tiene que respaldarte! Si el trabajo no va bien, regresa y hereda el negocio familiar.]
Al leer eso, Mariana sonrió y sus ojos se curvaron como lunas crecientes. Aunque se sintió un poco impotente, estaba llena de felicidad.
¿Qué se siente tener un padre que siempre espera que vuelvas a casa para heredar el negocio familiar? Exactamente lo que ella estaba sintiendo ahora.
Catalina: [Cariño, esfuérzate en tu trabajo. ¡Mamá te ama!]
Mariana se sintió cálida por dentro, pensando que era muy afortunada.
Sin embargo, ¿dónde estaba su abuelo?
Con esa duda, preguntó en el grupo: [@Sancho, abuelo, ¿no tienes nada que decirme?]
Sancho, que estaba viendo el chat a escondidas con sus lentes de lectura, fue