MATTEO
“Finalmente está dormida,” les digo, observando a nuestra chica.
Trasladamos a Rafaele a su habitación temprano esta mañana, y Colina lo siguió después de que él se asustó y le dio un puñetazo a Dimitri cuando no pudo verla. Ahora están acurrucados juntos, roncando. Bien, necesitan dormir. Yo también, así que aunque me duele, dejo que Salvatore y Dimitri organicen los arreglos para los funerales de los hombres que perdimos, incluyendo a Sam, el amigo de Colina.
También les dejo encargarse del resto de la Tríada. Tengo cosas más importantes que hacer, como sostener a mi chica. A veces ser el hermano del jefe y también estar herido tiene sus ventajas. Mientras se quejan y se van a trabajar, me deslizo en la cama con Rafaele y Colina, pegándome contra su espalda y enterrando mi cara en su cuello y cabello.
“¿Qué carajo estás haciendo?” murmura, haciéndome reír.
“Tengo que sanar, cariño, tu cuerpo ayuda,” bromeo.
“Maldito cursi,” murmura, incluso mientras se acurruca más cerca de m