El guardaespaldas de Anna Fuller escoltó a Scarlett hasta una habitación de invitados, donde la esperaba una gruesa carpeta.
—La señora Fuller le insta a que cumpla su parte del trato. —El guardaespaldas le hizo un gesto a Scarlett antes de marcharse, sin darle siquiera la oportunidad de hablar.
¿Tan fácil? Durante días, Scarlett había estado persiguiendo a Anna por eso, ¿y ahora simplemente entregaba toda la historia que había ocultado con tanta facilidad? Todo parecía una trampa, pero no podía rechazar la carpeta, que estaba allí como un queso en una ratonera.
La tomó.
No sonó ninguna alarma ni explotó ninguna bomba. El secreto de su pasado, estaba en la palma de su mano. Scarlett respiró profundamente y se dirigió hacia la salida, pero la puerta estaba cerrada.
—¡Espera! —Gritó Scarlett con rabia, entrando en pánico al darse cuenta de que después de todo, había caído en una trampa—. Déjame...
—La carpeta se queda —respondió el guardia que creía que se había marchado, con su voz just