Cap 90. Este olor otorga paz
Amaris camina sola por uno de los senderos de piedra que conduce a las estancias más antiguas del castillo. Su vestido de lino claro se agita con cada paso, y en su pecho, un leve cosquilleo la acompaña desde que despertó esa mañana con la firme idea de buscar a Brígida.
El recuerdo del paseo con su hermano aún le arranca una sonrisa, las risas, la carrera, la conversación junto al agua, pero hay algo que no la deja en paz, un anhelo que crece como un murmullo en su interior. Sabe que pronto hablará con su madre, Eleonora, pero primero necesita respuestas. Y hay alguien que puede dárselas.
La encuentra en uno de los jardines más alejados del palacio. Brígida tiene un canasto en su mano, en el cual está recolectando plantas aromáticas.
—Este olor otorga paz, ¿no lo crees? —dice Brígida, extendiéndole una pequeña rama de albahaca.
Amaris la toma con respeto. La acerca a su nariz para inhalar los aromas. Cierra los ojos por un momento dejándose llevar. Brígida tiene razón. Una planta es