Cap 17. Despedida
El eco de las botas de Alejandro resuena en el suelo de mármol mientras se dirige a la sala de guerra. Un mensajero llegó hace apenas una hora, empapado en sudor y con el rostro desencajado. La noticia no puede esperar.
Cuando entra en la sala, encuentra a varios de sus consejeros y comandantes en pie, con semblantes tensos.
—Majestad —dice uno de los hombres, inclinando la cabeza—. Tenemos noticias preocupantes de la frontera este.
Alejandro frunce el ceño y se cruza de brazos.
—Habla.
—Las tropas de Baltazar han comenzado a moverse hacia nuestros territorios. No han atacado aún, pero han establecido campamentos en zonas que nos pertenecen. Alegan que ese territorio nunca nos perteneció realmente y que les corresponde por derecho.
Alejandro aprieta los dientes. Baltazar siempre ha sido un problema, pero nunca se habían atrevido a desafiar el poder real de forma tan descarada.
—¿Qué tan grande es su ejército?
—Cerca de quinientos hombres, señor.
—Nos están provocando —gruñe el rey—. S