Cap 100. Vacaciones
Los días pasan rápidamente, cada quien se sumerge en su propia existencia y en sus estudios. Amaris y Edward se ven con más frecuencia, y con cada encuentro se va desdibujando la línea que los separaba. El beso que se dieron aquella tarde junto al bosque fue como encender una chispa en una habitación cargada de oxígeno. Ahora, todo arde en silencio. En las miradas prolongadas. En las manos que se rozan por descuido. En las despedidas que se alargan, que se aferran a segundos que ya no les pertenecen.
Pero ambos han aprendido a contenerse. No porque no lo deseen, sino porque saben lo que hay en juego. Se respetan. Se temen. Se necesitan.
Y justo cuando más se necesitan, llegan las vacaciones.
La universidad da un gran anuncio. Cierra sus puertas por un mes. Los alumnos regresan a sus reinos, a sus casas, a sus raíces.
El príncipe Edward camina por los jardines exteriores de la institución con el rostro serio. Lleva días dándole vueltas a lo mismo. A las palabras que dirá. A có