Capítulo 30. Necesidad.
Capítulo 30.
Necesidad.
Ahmed queda impactado; se sabe el Corán, de eso está seguro, ya que no es la primera vez que le habla de temas dictados en él.
—Te sabes sus leyes.
—De memoria, señor, día tras día, por cada año lo he leído y sé lo que impone en él.
—¿Entonces por qué te has atrevido a incumplir sus leyes?
—Por amor, pero usted jamás podrá entender eso, porque cuando se ama, no hay de por medio que nos impida hacer lo correcto, lo que manda nuestro corazón, y conociéndolo, señor, podría decir que usted no sabe qué es amar. No puedo entender cómo piensa compartir su supuesto amor entre sus esposas; a lo mejor ellas sí valgan la pena para arriesgarse tanto a perder lo que pensé que usted y yo teníamos.
—No metas a alguien más en esto, tú no sabes lo que siento; si alguien rompió y está rompiendo esta relación, eres tú, con tus mentiras y… —Amira interrumpe.
— Si, si cometí un error, ocultarte mi verdad, es en lo único que te he fallado, pero no me lo has puesto fácil, no